The butterfly funnel

Daniel G. Andújar

Daniel G. Andújar (Almoradí, 1966) es un artista visual, activista y teórico del arte que en la actualidad reside y trabaja en Barcelona. Andújar comenzó su actividad artística a finales de los ochenta, y lo hizo principalmente en el campo del vídeo y en proyectos que abordaban el racismo y la xenofobia, así como el mal uso de la tecnología en sistemas de vigilancia. Recurriendo a intervenciones en el espacio público y a un uso crítico de los medios digitales y de las estrategias de comunicación de las corporaciones asociadas a ellos, el trabajo teórico y artístico de Andújar se mueve entre territorios reales (la ciudad) y virtuales (Internet), partiendo de la premisa de que la exposición y disección de las conexiones encontradas entre los dos tipos de territorio permite distinguir las desigualdades generadas por las relaciones sociales y de poder.

En la mayor parte de las culturas de la antigüedad, incluyendo Mesoamérica y Grecia, la mariposa representa el alma. De hecho, un término griego habitual para designar a la mariposa es psyche, alma, e incisiones en sellos de arcilla encontrados en Cnosos muestran puntos a modo de ojos flotantes grabados en las alas de una mariposa. Muchos mazatecos y cretenses de hoy siguen pensando que las mariposas son las almas de los que se fueron. Ambas culturas equiparan a la mariposa con la abeja. El poder de la picadura de las abejas emana, como en las avispas, del poder de las plantas que polinizan. Siempre en movimiento, las abejas han ido e impulsándose de un territorio a otro, mucho antes de que existieran caminos, antes de que hubiera estados, antes de la propiedad privada, antes de las fronteras. Antes del Camino Real National Historic Trail, antes de que los isleños de las Canarias llegarán a San Antonio, antes de que los comanches, los tlaxcaltecas o Cabeza de Vaca se encontraron con las aguas del Río San Antonio, y antes de Tejas, el camino ya estaba ahí. Mariposas, drogas, animales, plantas, gentes, drones, trenes, camiones, idiomas, estados, canciones, sabores y comida, no hacen otra cosa que seguir la ruta original del camino.

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