Nicola Costantino

Texto por Hans-Michael Herzog

Nicola Costantino es una artista excepcional y una de las personalidades más vibrantes de la comunidad artística latinoamericana. Con la minuciosidad de una cirujana y el cuidado amoroso de una patóloga hacia su sujeto, mata y diseca terneros, cerdos y otros animales, moviéndose entre la fauna granjera, embalsamando con sumo placer y haciendo trasplantes, híbridos y fusiones. De haber conocido su obra, el famoso artista austríaco Hermann Nitsch se habría puesto verde de envidia.

Zapatos dorados
Zapatos dorados

“Existe una potencia transformadora en la muerte, profunda e inevitable, que debe cumplirse. Eso genera miedo. El arte que me interesa es hermano de la muerte en esa potencia transformadora. Posee un sentido antieconómico y políticamente incorrecto, que puede molestar a quienes creen que la obra debe trasuntar una cierta moral. Suelo meterme con cosas que pueden no gustar. Dicen que mi arte es provocador; para mí es natural. La capacidad de afectar está presente en toda mi obra.” (NC, 2013)

Nicola Costantino trabaja con inocencia infantil y cruel elegancia a la vez. Suspendido de un riel en el techo, un cerdito común –alegre en apariencia– da vueltas por encima de nuestras cabezas. A lo mejor va camino al matadero.

Cerdo

Cabecitas de gallina hechas de silicona le sirven para crear un lindo tapete para un hogar pueblerino.

Bolso color piel con anos impresos
Chicken head doily

Diseña bolsos color piel con anos impresos. Su Trilogía de bocas muestra una boca humana de la cual sale un hocico de cerdo con el pescuezo y la cabeza colgante de una gallina.

Todo deja una impresión extrañísima y grotesca. Pero después de todo, ¿acaso no vivimos en un mundo perverso? Con su arte, Nicola Costantino nos ofrece brutales interpretaciones, no siempre del todo serias.

Trilogía de bocas
Trilogía de bocas

Los artefactos creados por Nicola Costantino parecen más artificiales que otras manifestaciones artísticas. Presenta espléndidas muñecas mecánicas o criaturas de aspecto monstruoso en un extraño juego lleno de suspense que se sitúa entre la magia y la amenaza. También se introduce en sus obras, creando así una nueva figura artística: en el casi psicopatológico y obsesivo despliegue de su propio doppelgänger –o quizás incluso de su propio espectro-, Nicola gira una y otra vez en torno a Nicola.

“Bueno, de hecho yo siempre he sentido esa artificialidad en mi obra. A veces siento que mi trabajo es como una especie de rol que yo asumo, una actuación a través de la cual voy encarnando algo.” (Nicola Costantino, Hatje Cantz Verlag, 2013, p.28.)

“El doble tiene su origen mitológico en las aguas estancadas: donde nos vemos reflejados nos reconocemos. El espejo permite el autoconocimiento.”

Narcisa
Narcisa

“Es en el doble donde se basa el concepto de identificación del psicoanálisis, definido por Freud: el doble es lo ominoso, es decir, lo familiar desconocido, lo tan conocido que resulta extraño y produce horror. Para Jung, el doble es la sombra. Según el dramaturgo sueco Strindberg, si uno ve a su doble significa que va a morir. La Nicola artefacto existe por obra de mi creación; su alteridad refuerza mi identidad. Dos cuerpos, una sola alma. El mejor encuentro es con uno mismo; mi doble es un antídoto contra la soledad.”

Frente al televisor
Frente al televisor

La obra de Nicola Costantino representa esa absoluta ambigüedad que en última instancia impregna la vida de todos nosotros. “Para mí la ambigüedad es lo que hace que la cosa se ponga interesante. Cuando hay dos fuerzas opuestas en tensión, cada una mantiene a la otra contenida, impidiendo que se absolutice, y el resultado es muy potente. Eso me gusta mucho y es lo que siempre trato de lograr: equilibrar, por ejemplo, lo que tiende a ser cadavérico con una dosis notable de belleza.” (p.30)

Con su ironía sutil y su burla elegante, Nicola no se detiene ante sí misma: por ejemplo, cuando, cruel y mordaz, fija en nosotros sus ojos, tan parecidos a los de Bette Davis, revelando un sentido del humor abismalmente negro.

Arbus
Arbus

Con placer y con éxito, va saqueando la historia del arte en su búsqueda de imágenes siempre nuevas, para parafrasearlas en sus recreaciones, haciendo uso, sobre todo, de sí misma y de su propio rostro o cuerpo. Sin embargo, nunca expone sus objetos al ridículo, y menos a sus autorrepresentaciones, que bordean la locura.

Nicola artefacto con Aquiles
Nicola artefacto con Aquiles

Siempre mantiene la distancia necesaria en un precario y deslumbrante juego que oscila entre el kitsch, el cliché, el mal gusto y la insaciable codicia por el glamour y la belleza, impulsada por una inagotable necesidad de crear nuevos objetos del deseo.

Huelga decir que todo ello implica una buena cantidad de obsesiones personales y una decidida inclinación hacia el morbo y la decadencia. Por supuesto, Costantino no podía dejar de lado a la figura de Eva Perón. La excepcional instalación de la artista para la 55 Bienal de Venecia en 2013, Rapsodia inconclusa –un fabuloso panóptico, muy fiel al sentido estético de Costantino– causó un serio revuelo político y discusiones moralizantes en su Argentina natal.

 Eva vestida por Dior
Eva vestida por Dior

Las presentaciones estetizantes de Nicola Costantino son implacables y despiadadas, de una elegancia inigualable y sin precedentes; de ello deriva su poder explosivo y su encanto excepcional. Uno tiene la impresión de que el designio original de Nicola Costantino está contenido al 100% en sus artefactos: algo muy raro en nuestro mundo del arte.

HMH: ¿Para quién haces tu obra, Nicola? ¿Para ti misma?

NC: Sí. No sacrificaría nada de la idea principal de un trabajo para complacer a nadie y no me preocupa si la obra llega a ser interpretada de manera reduccionista o incluso con mala fe (cosa que sucede a menudo). Mi preocupación se reduce al planteo de una situación atravesada por esa ambigüedad o por esas contradicciones éticas de las que hablamos… El arte no está obligado a complacer a la mayoría. Es la única expresión que no quiere complacer a nadie, que no tiene un fin comercial. Todo lo que nos rodea quiere venderle algo a alguien o quiere, al menos, agradar. El arte no tiene esa obligación”.

HMH: ¿Tu obra es política, Nicola?

NC: Sí, es una obra política. En mi trabajo el elemento político tiene mucha importancia porque siempre está presente algo relacionado con este comportamiento social conflictivo. Yo no emito juicios sobre las contradicciones que muestro porque generalmente yo misma protagonizo el comportamiento que podría resultar criticable: yo soy la que come carne, soy la que se somete a una cirugía estética… Así que es una obra política, pero no en el sentido tradicional del arte político latinoamericano, en el que el artista tiene una determinada posición moral desde la cual, y con su obra, denuncia determinadas inmoralidades.

Se podría decir que lo que yo hago no es políticamente correcto. Pero a mí me da desconfianza que lo que en general se considera correcto rija la propia política. Yo prefiero una politicidad incorrecta que obligue al espectador a analizar mis trabajos hasta darse cuenta de cómo tiene que mirarlos, incluso si con la belleza formal viene mezclada alguna maldad.

Igual, hay un compromiso raro y especial entre el artista plástico y la ética que sus trabajos exponen. En la literatura, o en el cine, en cambio, hay una distancia que permite que el escritor o el cineasta desplieguen, por ejemplo, un escenario de mucha violencia sin quedar personalmente identificados con lo que muestran en su obra. Creo que eso tiene que ver con que el encuentro con la obra plástica es muy visceral y no está domesticado. Además, hay una cuestión de acostumbramiento; si uno piensa cuánto tiempo pasamos mirando cine y televisión, y cuánto tiempo pasamos en un museo, la diferencia es muy grande. Esta falta de hábito hace que cuando nos enfrentamos a una obra plástica estemos más vulnerables, más sensibles, y no tan anestesiados por la costumbre. Así, la reacción del espectador también es mucho más directa, mucho más visceral, y se disparan cuestiones que tienen más que ver con el instinto que con la razón”.

(extractos de la entrevista entre HMH y NC, en: Nicola Costantino, 2013, Hatje Cantz Verlag, p. 26, 27, 32, 33)

nicolacostantino.com.ar

Nicola Costantino – Biografía

Nace en Rosario, donde se forma y da sus primeros pasos profesionales hasta que en 1994 se traslada a Buenos Aires para participar en el Taller de Barracas de la Fundación Antorchas, coordinado por Pablo Suarez y Luis Fernando Benedit. A partir de 1997, su presencia en el circuito internacional se consolida con su participación en diferentes ferias y bienales. En 1998 representa a Argentina en la Bienal de Sao Paulo y en la primera Bienal de Liverpool. Un corsé de pezones masculinos entro a formar parte de la colección del MOMA. Posteriormente mostraría su trabajo en el MNBA de Buenos Aires y en la sala de proyectos de la Fundación Joan Miro de Barcelona. El año 2004 es un ano de inflexión en su carrera: por una parte culmina la serie Animal, Motion Planet, que supone el final de sus investigaciones con pieles y animales; a la vez realiza el lanzamiento de Savon de corps, en el MALBA, primera ocasión en que se convierte en protagonista de su propio trabajo. Dos años más tarde, su encuentro con Gabriel Valansi, significa su entrada al mundo de la fotografía con dos líneas de trabajo: las referencias a obras significativas de la historia del arte y aquellas en las que cruza elementos de su imaginario o identidad como artista. La constante es el protagonismo iconográfico de la propia autora.

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