Miguel A. López

'Vaciar la categoría'. Museo de Arte Contemporáneo de Panamá, 2023 - Cortesía: La Revuelta y MAC Panamá.
Vaciar la categoría. Museo de Arte Contemporáneo de Panamá, 2023 – Cortesía: La Revuelta y MAC Panamá.

Arte, feminismos, comunidad.
Modelos de trabajo colectivo en Centroamérica

A inicios de 2022, la colectiva de arte feminista Panama Fem Art Coalition (PFAC) se acercó a la curadora guatemalteca Maya Juracán para proponerle una colaboración y pensar de manera conjunta una exposición de artistas mujeres de toda la región1Panamá Fem Art Coalition (PFAC) está compuesto por María Raquel Cochez, Laura Fong Prosper, Giana De Dier y Momo Magallon.. El objetivo era mostrar un panorama de distintas estéticas y posiciones que habían venido emergiendo en los últimos años en los que el feminismo había avanzado como una gran ola transformadora, remeciendo los sentidos comunes patriarcales que ha gobernado la esfera de la cultura y el arte. El encuentro entre Juracán y el colectivo panameño dio lugar a reflexiones e intercambios en torno a la necesidad de repensar el modelo de trabajo curatorial. Antes que reafirmar la figura del curador-demiurgo –el prototipo del curador individual que concentra todo el saber y el poder– la idea fue desarrollar una dinámica de trabajo colaborativa. Así, decidieron dos cosas: por un lado, generar una convocatoria abierta, y por otro, invitar a dos colectivas feministas autogestionados a participar en el proceso de selección y acompañamiento curatorial: Casa MA (Costa Rica) y La Revuelta (Guatemala) que, al igual que PFAC, han venido dinamizando la discusión artística en sus respectivos contextos.

A mitad de marzo, las tres colectivas lanzaron una convocatoria abierta para que “artistas y agitadorxs culturales” del territorio llamado Centroamérica propongan una obra inédita en torno a ejes como la desigualdad económica, las maternidades, las luchas ecofeministas, el aborto legal, entre otros. El objetivo era “provocar cambios en el discurso hegemónico y dinamitar nuevos espacios de intercambio desde lógicas no patriarcales en las instituciones de arte”. El resultado fue la exposición Vaciar la categoría, inaugurada el 2 de febrero de 2023 en el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá.

Para Juracán, un concepto importante enel desarrollo del proyecto fue “curaduría comunitaria”, que ha estado también presente en La Bienal de la Resistencia que ella creó en 2019, el cual tuvo lugar en las calles de Guatemala. Derivado de la noción de “feminismo comunitario”, la curaduría comunitaria propone la labor curatorial no como la organización de exposiciones, sino como el tejido de relaciones en un territorio social específico. A medio camino entre el activismo y la gestión, el concepto interroga las fronteras de lo que entendemos como comunidad artística, así como la agencia política del curador. Vaciar la categoría aborda los cambios que han venido ocurriendo en el campo cultural, donde hay cada vez más una conciencia clara sobre cómo los privilegios de clase, raza y género han organizado la historia del arte y las políticas institucionales.

La creación de colectivas como Casa MA (Casa de Mujeres Artistas) y La Revuelta son un efecto de las mareas feministas a lo largo del continente en la última década. Este texto intenta tomar el pulso a algunas de las iniciativas que he podido acompañar más de cerca en Centroamérica. Las marchas de Ni Una Menos iniciadas en 2015, del Me Too (Yo también) desde 2017 y las marchas a favor del aborto legal, seguro y gratuito en varios países de América Latina, han permitido renovar las formas de acción a través de gestos, canciones e imágenes que se han introducido en el vocabulario y en la vida diaria de cientos de miles de personas, que han sido también lugares de contraeducación política.

Para estas colectivas feministas ha sido crucial combinar la investigación y la acción, construyendo en base a la experiencia de artistas y agrupaciones que operaron en momentos anteriores en condiciones mucho más precarias y hostiles. Inspirado en el Womanhouse (1972), un proyecto feminista de Judy Chicago y Miriam Schapiro, que consistió en ocupar una casa en Los Ángeles con una serie de acciones e instalaciones, Casa MA hizo su primera aparición en la casa de una de las integrantes reuniendo a más de treinta artistas, activistas y escritoras de distintas generaciones para realizar talleres, debates públicos, performances y espacios de encuentro y reconocimiento colectivos2La composición de Casa MA ha ido cambiando a lo largo del tiempo. El equipo fundador (2018) estuvo compuesto por Ingrid Cordero, Karla Herencia y Gala Berger. En 2019, estuvo compuesto por Anna Matteucci, Gala Berger y Karla Herencia. Desde 2021, Casa MA está compuesto por Gala Berger y Susana Sánchez.. En marzo de 2019, en colaboración con Paradais y el colectivo Acá Estamos, produjeron un taller de piñatas que emulaban las obras del arquitecto costarricense Jorge Jiménez Deredia, que instalaron en las calles de San José en forma de protesta frente a la casi total hegemonía de esculturas de artistas hombres en el espacio público. El taller, convocado en el marco del 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer), permitió producir piñatas de cartón que acompañaron la movilización por las calles, que fueron ser reventadas colectivamente al final de la marcha.

'Piñatas para el 8M', 2019. Casa MA. Cortesía: Casa MA.
Piñatas para el 8M, 2019. Casa MA. Cortesía: Casa MA.

Casa MA busca entrelazar historias de distintos lugares de Centroamérica. Durante la pandemia, junto a LL Proyectos de Honduras, iniciaron la serie de podcasts Relatos extemporáneos, que continúa hasta hoy, que hurgan en experiencias escasamente documentadas, como MUA Instala, una exposición mítica ocurrida en Tegucigalpa, Honduras, en 1999. Otros episodios del podcast exploran la gestión de espacios y galerías liderados por mujeres a mediados de los años noventa, incluyendo a la galerista y promotora cultural Juanita Bermúdez (Nicaragua), la artista visual Celsa Flores (Honduras) y la gestora Bonnie de García (Honduras). De esos diálogos han resultado también exposiciones como Solamente yo puedo confeccionar mi mañana. Hilvanando historias de Honduras, una retrospectiva de las artistas hondureñas Celsa Flores, Regina Aguilar y Xenia Mejía, co-curada por Susana Sánchez Carballo y Leonardo González, que fue presentada en TEOR/éTica entre octubre de 2022 y febrero de 2023.

La Revuelta surgió en agosto de 2020 a partir del deseo de varias trabajadoras culturales en Guatemala por construir una plataforma de aprendizaje colectivo, reclamando una práctica híbrida e indisciplinada que desborda las categorías y roles tradicionales del “gestor”, “curador”, “artista” y “activista”3Las fundadoras iniciales de La Revuelta son Jimena Galán, Maya Juracán, Christa Krings, Renata Alvarez, Verónica Morales y Fernanda Alvarado.. El objetivo era crear maneras distintas de ingresar a la gestión y a la curaduría más allá de la jerarquía tradicional y los privilegios que determinan el acceso a las galerías y museos. Apelando a la fuerza de la voz colectiva, ellas nombran situaciones habitualmente silenciadas, como el sexismo y el abuso de poder en las esferas culturales. Para La Revuelta, construir la memoria artística y revisar el pasado también va de la mano de una persistente labor de activismo, realizando investigaciones sobre la representación de la mujer en el archivo del Museo de Arte Moderno de Guatemala, así como acciones contra los feminicidios como la intervención realizada el 5 de marzo de 2021 en un árbol cerca de donde fue hallado el cuerpo de Luz María López. Operando desde la noción de curaduría comunitaria, han presentado recientemente la exposición Recontarnos (2022) en Apexart de Nueva York, que reunió numerosas artistas centroamericanas y han impulsado programas pedagógicos como la Escuela de Artivismo Feminista: Rompámoslo todo para volver a aprender (2022) o la Residencia de Arte y Resistencia (2023).

En Nicaragua, Operación Queer (OPQ) ha organizado eventos híbridos de arte y activismo que podían ocupar indistintamente las salas de museos, bares de la comunidad LGBTIQ o las calles4OPQ incluye a varios integrantes. Los coordinadores fueron Ana Victoria Portocarrero, Jilma Estrada, Elyla Sinverguenza, Alejandro Belli, Miguel Angel Diaz, Guillermo Sáenz y Camilo Antillón.. Surgido en 2013, su trabajo ha operado a través de roles no jerárquicos en la distribución de las tareas y responsabilidades. Sus primeras actividades fueron una respuesta a la prohibición que el gobierno de Nicaragua había colocado para la realización de la Marcha LGTB. OPQ convocó una plataforma llamada Espacio para sexualidades con un abecedario completo que fue un manifiesto, evento cultural y fiesta que mezclaba música experimental, arte contemporáneo, teatro y poesía. En 2018, cuando la represión estatal del gobierno autoritario de Daniel Ortega empezó a endurecerse y ocurrió el asesinato y encarcelamiento de cientos de personas, OPQ decidió realizar un año de duelo y silencio para honrar a quienes fueron violentados buscando derrocar la dictadura en Nicaragua. Reivindicando las palabras “cochón/cochona”, términos usados para referise despectivamente a las personas homosexuales en Nicaragua, OPQ ha creado eventos locales e internacionales para el encuentro de las disidencias sexuales y de género, como fue el proyecto “Travestismo del ayer y del futuro”, que conectaba el artivismo de Centroamérica y el Caribe. Si bien sus acciones colectivas cesaron momentáneamente en 2020, sus metodologías prosmicuas han sido muy influyentes en la forma en que intersectaron contra pedagogía, experimentación artística y activismo tranfeminista, subrayando la urgencia de nuevas estrategias creativas para los movimientos sociales.

'Operación Queer' en el taller "Memorias Cochonas: cartografías, seres e historias", 2016. X Bienal Centroamericana, Universidad de Costa Rica. Cortesía: Operación Queer
Operación Queer en el taller «Memorias Cochonas: cartografías, seres e historias», 2016.
X Bienal Centroamericana, Universidad de Costa Rica. Cortesía: Operación Queer

Desde un lugar distinto, LaRuidosaOficina, un colectivo radicado en Costa Rica fundado en 2018, ha impulsado proyectos de investigación con el deseo de imaginar una No-Escuela y reclamar un modelo de fiesta-aprendizaje5LaRuidosaOficina está compuesta por Marga Sequeira, Catalina Tenorio y Mariela Richmond. Para un recuento de su trabajo en palabra de sus integrantes ver Marga Sequeira, Catalina Tenorio y Mariela Richmond, “LaRuidosaOficina. La fiesta como espacio de reflexión”, https://laescuela.art/es/campus/library/practices/la-fiesta-como-espacio-de-reflexion, 25 de abril de 2022.. A través de una práctica interdisciplinaria que intersecta la danza, la teoría feminista, el cine y la experimentación teatral, LaRuidosaOficina ha desarrollado talleres y espacios de encuentros que subrayan los afectos y el deseo como el eje de la construcción de tejido social. De hecho, gran parte de sus inquietudes parten de la pregunta sobre qué implica estar juntos. Pensando la intersección entre lo singular y lo colectivo, LaRuidosaOficina reclama la educación como creación artística y poética que puede tener lugar en una conversación, en el juego o en la forma en la que entablamos vínculos diariamente. En 2020 plantearon el proyecto La No-Escuela: La ceremonia de los órganos que proponía explorar los saberes asociados a distintos órganos del cuerpo para pensar nociones como cuidado, alimentación y sanación. La pandemia las obligó a acortar la duración y desplazar parte del programa a un formato virtual, lo cual fue también una oportunidad para plantearse preguntas en torno a la sostenibilidad y el tipo de vínculo que establecen los educadores y las instituciones artísticas –un vínculo a menudo marcado por la precariedad y dinámicas jerárquicas verticales.

El impacto de la marea feminista de la última década ha interpelado no solo los programas y las colecciones de las instituciones, sino su estructura laboral, su economía, su lenguaje y sus modos de organización. Algunos cambios en la región podrían abrir una discusión más amplia sobre la urgencia de nuevas formas de gestión. En enero de 2018, TEOR/éTica, uno de los espacios de arte más importantes en Centroamérica, anunció un cambio en el modelo de gobernanza de la institución que pasó de ser una dirección centralizada en un director general y un curador jefe hacia una dirección compartida por cinco personas6El equipo de codirección que se anunció en enero de 2018 incluyó a Daniela Morales, M. Paola Malavasi Lachner, Paula Piedra, Dominique Ratton y Miguel A. López. La artista y gestora Dominique Ratton se retiró de la codirección en enero de 2019 para dedicarse a sus proyectos personales. En diciembre de 2020, el curador Miguel A. López dejó la institución luego de casi cinco años de trabajo. Las actuales co-directoras son Daniela Morales, M. Paola Malavasi Lachner y Paula Piedra.. Eso significó comprender que no era suficiente realizar exposiciones con temáticas de feminismo sino incorporar una política y ética feministas en los modos de organizarse de la institución. No es menor que algunos de los motores de ese cambio fueran experimentos pedagógicos, como la Alter Academia, un proyecto educativo de residencia creado en 2016 por Maria P. Malavasi, que invitó a artistas locales a ocupar las salas TEOR/éTica y alterar sus dinámicas y programas. Ese proceso contribuyó a ir imaginando formas descentralizadas de gestión. Algunas de las preguntas que guiaron este proceso fueron: ¿Qué significa dirigir una institución? ¿Distintos trabajadores culturales pueden aprender a dirigirla? ¿Cómo cuestionar la división entre los que hacen y los que piensan? ¿Es posible colectivizar la toma de decisiones sobre los presupuestos, la programación de actividades y el uso de los espacios, considerando que todas las personas en la institución se ven afectadas por estas decisiones? ¿Reducir el énfasis en lo individual podría permitir entender mejor nuestra vulnerabilidad e interdependencia?

La dirección colectiva, anunciada públicamente en 2018, se conformó por cinco personas provenientes de distintas áreas de trabajo en base a una dinámica de corresponsabilidad en la toma de todas las decisiones. Este proceso de trabajo ha sido descrito por cuatro de las co-directoras como “horizontalidad ondulante” y “liderazgo ondulante”:

Nos gusta pensar el concepto de horizontalidad con relación a cómo nos afectamos entre nosotras y a la manera que escogemos para lidiar con las relaciones de poder. Inicialmente lo aplicamos a la parte organizativa de la institución, hablando de horizontalidad ondulante y de liderazgo ondulante. En nuestro caso la horizontalidad absoluta no nos funciona. La gestión pide un cierto liderazgo. Lo ondulante nos permite el relevo de responsabilidades, pasarse o turnarse el liderazgo, un día ser la líder y al otro día dejarse guiar y apoyar. Lo ondulante permite que haya momentos más o menos horizontales, según las necesidades del equipo o de los proyectos, sin llegar nunca a convertirse en vertical como sinónimo de autoridad o mando.7Daniela Morales, Dominique Ratton, M. Paola Malavasi Lachner y Paula Piedra, “Glosario de una ficción operativa”, en M. Paola Malavasi Lachner, Daniela Morales y Paula Piedra, Gestionar la duda: ensayos sobre una ficción operativa, San José, TEOR/éTica, 2022.

La pandemia ha hecho aún más evidente una serie de demandas sobre la responsabilidad ética y política de las instituciones. Los últimos dos años, muchos debates han estado marcados por las protestas sobre el abuso laboral, la violencia sexual y racista, los vínculos entre el arte y las industrias extractivas, entre otros asuntos que dan cuenta de una crisis que exige reinventar las maneras de trabajar. Esas múltiples demandas que provienen de movimientos sociales feministas, indígenas, antirracistas y anticoloniales están cambiando los parámetros de la discusión pública. Pero como se dijo no se trata solo de proponer otros contenidos sino de afectar la materialidad de los vínculos sociales: las maneras de estar juntos, las maneras de imaginar una comunidad, las formas de proximidad. Esa es la inflexión más fuerte e importante que viene introduciendo los múltiples feminismos. Escuchar esas demandas y acompañarlas es lo que define hoy por hoy la relevancia de proyectos culturales que buscan ser genuinamente contemporáneos y conversar directamente con su presente.

Miguel A. López – Biografía

Nace en Lima, Perú, 1983. Es escritor, investigador y curador independiente. Es curador de la Bienal de Toronto de 2024. Entre 2015 y 2020 trabajó en TEOR/éTica, Costa Rica, primero como curador en jefe, y desde 2018 como codirector. Sus proyectos curatoriales recientes incluyen Sila Chanto & Belkis Ramírez: Aquí me quedo / Here I Stay en el ICA-VCU, Richmond (2022); And if I devoted my life to one of its feathers? en el Kunsthalle Wien, Viena (2021); y la exposición retrospectiva Cecilia Vicuña: Veroír el fracaso iluminado en el Witte de With, Rotterdam (2019), que fue presentada en el MUAC-UNAM, Ciudad de México (2020), CA2M, Madrid (2021) y Banco de la República, Bogotá (2022). Es autor de Ficciones disidentes en la tierra de la misoginia (Pesopluma, 2019) y Robar la historia. Contrarrelatos y prácticas artísticas de oposición (Metales Pesados, 2017). López es cofundador del espacio independiente Bisagra, activo en Perú desde 2014.

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    Panamá Fem Art Coalition (PFAC) está compuesto por María Raquel Cochez, Laura Fong Prosper, Giana De Dier y Momo Magallon.
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    La composición de Casa MA ha ido cambiando a lo largo del tiempo. El equipo fundador (2018) estuvo compuesto por Ingrid Cordero, Karla Herencia y Gala Berger. En 2019, estuvo compuesto por Anna Matteucci, Gala Berger y Karla Herencia. Desde 2021, Casa MA está compuesto por Gala Berger y Susana Sánchez.
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    Las fundadoras iniciales de La Revuelta son Jimena Galán, Maya Juracán, Christa Krings, Renata Alvarez, Verónica Morales y Fernanda Alvarado.
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    OPQ incluye a varios integrantes. Los coordinadores fueron Ana Victoria Portocarrero, Jilma Estrada, Elyla Sinverguenza, Alejandro Belli, Miguel Angel Diaz, Guillermo Sáenz y Camilo Antillón.
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    LaRuidosaOficina está compuesta por Marga Sequeira, Catalina Tenorio y Mariela Richmond. Para un recuento de su trabajo en palabra de sus integrantes ver Marga Sequeira, Catalina Tenorio y Mariela Richmond, “LaRuidosaOficina. La fiesta como espacio de reflexión”, https://laescuela.art/es/campus/library/practices/la-fiesta-como-espacio-de-reflexion, 25 de abril de 2022.
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    El equipo de codirección que se anunció en enero de 2018 incluyó a Daniela Morales, M. Paola Malavasi Lachner, Paula Piedra, Dominique Ratton y Miguel A. López. La artista y gestora Dominique Ratton se retiró de la codirección en enero de 2019 para dedicarse a sus proyectos personales. En diciembre de 2020, el curador Miguel A. López dejó la institución luego de casi cinco años de trabajo. Las actuales co-directoras son Daniela Morales, M. Paola Malavasi Lachner y Paula Piedra.
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    Daniela Morales, Dominique Ratton, M. Paola Malavasi Lachner y Paula Piedra, “Glosario de una ficción operativa”, en M. Paola Malavasi Lachner, Daniela Morales y Paula Piedra, Gestionar la duda: ensayos sobre una ficción operativa, San José, TEOR/éTica, 2022.
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